Hoy en día, bajo la etiqueta de "smart drugs" se venden una gran variedad de psicoactivos. En un principio, fueron un conjunto original de sustancias en su mayoría de origen farmacéutico que fueron desarrolladas para los más diversos fines, su característica común era que expandían las capacidades cerebrales y/o minimizaban el deterioro natural de las mismas. A este grupo se sumaron algunos nutrientes, productos herbales y sintéticos no adictivos que tratan de imitar los efectos de psicoactivos prohibidos como la MDMA (éxtasis) o las amfetaminas; y también se les identifica ahora como "smart drugs".
A las Drogas Inteligentes científicamente se les conoce como nootrópicos, que viene del griegonoús (mente) y trópos (movimiento), dando a entender que se trata sustancias cuyo objetivo es actuar sobre las capacidades cognitivas. Esta definición de Drogas Inteligentes o nootrópicos es muy amplia, bien podría aplicarse a la gran mayoría de drogas, por lo que muchos autores han atinado a decir que se trata de sustancias que mejoran la inteligencia, el aprendizaje, la memorización y el recuerdo, sin efectos importantes en los niveles del sistema nervioso central, con un poder tóxico supuestamente menor.
Las drogas inteligentes estimulan al cerebro a partir de las vertientes:
Oxígeno. Proporcionan este elemento a las células cerebrales (neuronas), el cual resulta esencial para transmitir mensajes entre ellas y para que vivan más tiempo.
Limpieza cerebral. Toda actividad celular genera residuos, acción que recibe el nombre de "lipofución", y que de incrementarse impiden la actividad eléctrica entre neuronas; estos depósitos llegan a cubrir hasta 30% del espacio celular causando la muerte de éstas. Las drogas inteligentes remueven los "lipofucinos" provocando de nuevo el buen funcionamiento de las células.
Anti-envejecimiento. Proporcionar oxígeno a la células las protege del ataque de los radicales libres (moléculas que pueden causar su muerte), de manera que evita que envejezcan más rápidamente; además, brindan la energía para combatir los síntomas de la vejez.
Electricidad en el cerebro. Algunos investigadores consideran que ciertos nutrientes, principalmente aminoácidos, son precursores en la producción de químicos cerebrales que estimulan la función de neurotransmisores, responsables de las señales eléctricas entre las neuronas.
Acetilcolina. Los mismos científicos creen que incrementando oxígeno y glucosa, principalmente, contribuyen al fortalecimiento de acetilcolina, especie de manto o capa que rodea al cerebro y donde se procesa toda la información necesaria para funciones complejas como el pensamiento reflexivo y la memoria.
Balance de químicos. Los compuestos de las drogas inteligentes restablecen el balance de enzimas y hormonas en el cuerpo, a partir de la estimulación del hipotálamo (parte fundamental en el cerebro), y que con la edad puede ver deteriorada su función.
A nivel neuronal. Una vez formado el cerebro, las neuronas ya no se reproducen; se considera que después de los 35 años de edad mueren diariamente 100,000 de ellas, provocando la disminución gradual de la inteligencia. Nuevas evidencias han demostrado que el cerebro puede crear nuevas células bajo ciertas condiciones, por ejemplo, incrementando el número de conexiones, lo cual se logra por los efectos antes mencionados de las drogas inteligentes. Por otra parte, las neuronas al morir dejan espacios que dificultan las transmisiones eléctricas entre ellas, acción que se evita por efecto de las drogas inteligentes.
**** Vía nutricioninteligentelucida
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