Ecce Animal es un cráneo esculpido en cocaína por el artista holandés Diddo, con el que busca hacer una reflexión sobre la naturaleza animal, el hombre, el control y el miedo. La obra, resultado de 20 años de trabajo, no pretende ser una parábola sobre la autodestrucción de la adicción o abuso de sustancias, sino “la conciencia de que aunque hemos dominado el mundo exterior siempre vamos a seguir siendo servil a nuestro ser interior”.
Diddo, que obtuvo la cocaína en la calle de una fuente que no precisó, explica que llevó la droga a un laboratorio para examinar su composición y luego la mezcló con una gelatina especial para materializar la obra.
Las pruebas del laboratorio revelaron que la pureza de la droga oscilaba entre el 15 y el 20 % y que había sido alterada con otros productos como fenacetina, cafeína, paracetamol e inositol.
“Una vez fuimos animales. Vivíamos en un entorno de miedo y deseo. Luego nos convertimos en humanos y aspiramos a ser mejores. Aprendimos a controlar nuestro entorno, pero el miedo siguió presente porque nunca aprendimos a controlarnos a nosotros mismos”
***Vía Culturacolectiva.com
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